ADAPTABILIDAD Y OPTIMISMO

 

    Adaptabilidad y optimismo, dos habilidades que a mi forma de ver son indispensables en la vida. En nuestra cabeza todos tenemos una forma de ver las cosas y de como van a salir que luego en realidad por alguna causa no pueden salir como nosotros queremos o pensamos, por lo cual en todo momento nos tenemos que adaptar a las circunstancias.

    Nosotros como maestros y profesores, programamos diversas actividades para llevar a cabo en el aula, que luego por unos motivos u otros se pueden realizar o no, en el aula todos nos tenemos que adaptar a lo que vaya aconteciendo.

    Los niños, sobre todo si son pequeños son capaces de adaptarse a diversas situaciones que a los adultos nos pueden costar más.

Normalmente las clases las tengo muy estructuradas y los niños saben que hacer en todo momento, conocen muy bien todas la rutinas que hacemos, soy una de las personas que piensan, sobre todo en las clases de idiomas que para poder hablar, primero hay que conocer la gramática, por lo cual el rato final de la clase lo uso para hacer juegos orales y actividades de speaking, en esta ocasión se me ocurrió hacer las cosas un poco diferentes y si en algún momento veía la oportunidad de realizar esa actividad en medio de la explicación realizarlo.

    De esta forma podía poner en práctica las dos habilidades a la vez, adaptarme a las circunstancias de la clase y ser optimista, primero para saber que todo iba a salir bien y segundo que el alumnado no se iban a revolucionar mucho.

    Durante esta semana ha estado pensando mucho en todo esto y uno de los días me decidí a cambiar el orden de lo que ya tenía estructurado, al estar comenzando el curso, querer repasar algunos de los conceptos del curso pasado y viendo toda la situación que estábamos pasando en este año, sin tener nada programado abrí un debate acerca de como habían pasado el verano (repasamos el pasado), como se sienten ahora (recordamos el presente) y que es lo que piensan que va a suceder en el futuro, repasando diverso vocabulario y aprendiendo nuevo, según iba surgiendo.

    Cuando llegaron a clase, como es de costumbre abrieron sus libros y cuadernos, al decirles que lo cerraran, empezaron a extrañarse un poco, cuando les explique que íbamos hacer, se mostraron un poco tímidos al principio y les costaba hablar, no participaban mucho, pero al final poco a poco se fueron soltando.

    Me comprometí a cambiar el orden de las clases, a no ser tan estricta conmigo misma y la verdad que no ha salido mal el cambio, propuesto, a partir de ahora, cuando vea oportunidades de cambiar el orden de las clases lo voy hacer sin ninguna duda.